jueves, 26 de enero de 2012

Día 9/1/2012 PROCESOS DE SOCIALIZACION. Clase con Almudena.

Tras las vacaciones retomemos la rutina, estas Navidades han sido diferentes ya que académicamente hablando he hecho bien poco, pero he aprovechado muchísimo en otros sentidos, como por ejemplo sacarme el carnet de conducir en el tiempo record de tres semanas, ¡genial una cosa menos!... sé que esto no viene al caso, pero tenía ganas de compartir mi alegría con vosotros.

Hoy hablamos sobre los procesos de socialización que sufre un individuo, en el que incluiré la lectura obligatoria “Las agencias de socialización”.

Almudena nos habló de que existen varias perspectivas para ver origen del problema de la exclusión, por un lado encontramos el innatismo, que defiende que la causa está en el individuo, en su herencia biológica, esta postura da lugar al pesimismo pedagógico. La otra postura es el ambientalismo, el entorno y la cultura en donde se desenvuelven los sujetos, esta postura da lugar a la falacia ecológica.

Bajo mi punto de vista el individuo el 50% biología, 50% ambiente. Su biología, la forma en que está genéticamente constituida su mente, sus conexiones neuronales, sus niveles hormonales, etc. evidentemente van a influir en el desarrollo de su vida, pero el ambiente es tan o más importante que lo primero, de hecho el ambiente tiene la capacidad de modificar el ADN de las personas, es el resultado del increíble poder adaptativo que tiene el individuo ante las circunstancias, algo necesario para su supervivencia. Así pues y entrando a cuestiones filosóficas estamos determinados, lo estamos por el conjunto de nuestro ambiente y nuestra propia genética, pero bajo éste argumento, ¿Los individuos entonces estamos determinados a vivir un determinado tipo de vida? ¿Estamos programados de antemano para ser como somos en función de nuestro entorno y de nuestra biología? Pienso que no, aquí entra la magia de la vida, nuestro destino es el resultado de una serie de decisiones que en un momento dado hacemos en nuestra vida. Claro está que va a estar enormemente condicionado por nuestro ambiente, pero nosotros podemos elegir romper con él e irnos a un entorno diferente, vivir una vida diferente, cambiar nuestras circunstancias. La base de todo esto, el eje motriz que lo mueve todo no es otro que nosotros mismos, nuestra fuerza de voluntad, nuestro poder de superación.






Pero ¿de dónde aprendemos todo? ¿Cuáles son esas instituciones que conforman nuestra vida de las que lo aprendemos todo? A ellas se les llaman “agencias de socialización”.

Las agencias de socialización son las instituciones que tienen como función la incorporación de los individuos a la sociedad, caracterizadas por su diversificación y dificultad de coordinación entre las mismas.

Hoy en día, muchos de los problemas educativos de la sociedad se atribuyen a esta diversificación y no coordinación. Familia y escuela, pilares de la socialización, inducen al recuerdo, en este sentido, de un pasado más exitoso, en definitiva mejor. Pero no debemos pasar por alto el cambio en esta sociedad de la que hablamos, hoy en día mucho más compleja y con menos poder de control sobre el individuo.

Estudiando el papel de la FAMILIA, pilar de la socialización, nos damos cuenta de su fuerte evolución a lo largo del tiempo y la discusión que este hecho genera. Se trata de una transición, un cambio social. Un ejemplo de esto es la actual existencia en nuestro país del matrimonio entre personas del mismo sexo y las diferentes posiciones ante ello por parte de la sociedad. Otro cambio social es la nuclearización de la familia hoy en día. Familias de un solo núcleo donde el hijo tiende a irse del hogar para formar la suya propia, no olvidando nunca que este tipo existió en la sociedad tradicional, pero siendo mayoritario el tipo de familia troncal o extensa, en aquella época, caracterizada por la convivencia de tres generaciones en el hogar.

La postnuclearización de la familia representa otra transición, la rotura de la familia nuclear. En ocasiones, en estos casos puede darse la situación de la reconstrucción de la familia por parte de dos núcleos rotos anteriormente, hablando ahora de familias reconstituidas. También, por otro lado, de la aparición del hogar unipersonal, constituido por un solo individuo, generalmente un hijo que se emancipa de sus padres.
La función de la familia advierte además otro de los cambios de los que hablamos. La unidad de producción en la que en la sociedad tradicional todos los miembros de la familia producían lo necesario para la misma pasa a ser una unidad de consumo donde la salarización adquiere un papel fundamental en el que el individuo obtiene los bienes que necesita.
Todos estos cambios de los que hablamos influyen en la distribución de los papeles dependiendo del género. Las tasas de actividad femenina se han ido igualando a la masculina. Todo ello generado por diferentes hechos, como son la insuficiencia de un solo salario en el hogar o la ocupación de un lugar en la sociedad de la mujer como mujer trabajadora. Hoy, vemos un reparto de las tareas en el hogar, donde antes era ella quien se quedaba en el mismo cuidando de los hijos y ocupándose de las tareas domésticas.

La relación entre la pareja y sobre todo de la misma con los hijos, influye en la psicologización de la familia. Hablando en ocasiones de una especialización afectiva, es decir, el otorgar estabilidad emocional en la familia que ninguna institución pueda hacer.

Esta relación de la que hablamos nos hace reflexionar en la transformación y no transformación de lo que económicamente supone o suponía tener un hijo. El hijo ha pasado de ser una inversión a ser un coste, pero no en todas las sociedades. En las más tradicionales el hijo colaboraba en el negocio familiar, en las tareas productivas, por ejemplo. Hecho que sigue sucediendo en sociedades existentes hoy día en el Tercer Mundo. Este valor de los hijos como inversión hace que la relación entre padres e hijos tenga un contenido instrumental muy alto. Pero en otras muchas ha pasado a suponer un coste. Sólo debemos pensar en la cantidad de instrumentos y necesidades de un primer hijo al venir al mundo además de hechos que se han ido sucediendo a lo largo de la historia como la prohibición del trabajo infantil. El hijo, en este tipo de sociedades, se dedica a completar sus estudios hasta la edad que tienen por obligación.

La combinación entre una dimensión material y utilitaria y el afecto y protección a la infancia, muy diferente en cada cultura, nos lleva a reflexionar acerca de los estilos educativos. Responden a la manera de cómo los padres interpretan la conducta del niño, cómo actúa delante de él en las situaciones cotidianas del día a día y las decisiones que tomar sobre ellos. Son muy diferentes los estilos educativos, el modo de estudiarlos y clasificarlos:



Familia estatutaria o tradicional. El contenido instrumental del que hablábamos está mucho más presente que el expresivo en este tipo. Esto es, la relación familiar que tanto recalcamos viene dictaminada por la disciplina de los padres a los hijos.

Familia proteccionista o maternal. Vemos aquí un equilibrio entre el contenido instrumental y la dimensión expresiva pero otorgada de manera asimétrica. Normalmente el padre se encarga del control disciplinar y la madre de las muestras afectivas, atendiendo por tanto al nombre de familia maternal también.

• Familia permisiva. Aquella que renuncia al control disciplinar, estando mucho más presente el afecto.

• Familia negligente. Es aquella en la que los padres han renunciado a la educación de sus hijos. No son firmes en sus decisiones y unas veces son permisivos o no. En definitiva, no son coherentes en sus actos con respecto a la educación de los hijos.

También la llamamos familia desestructurada, en ocasiones mal empleada. El que se rompa la estructura familiar, en definitiva, el núcleo de la misma, no quiere decir que se trate de una familia desestructurada pues, en ocasiones es lo mejor que puede suceder.


Estudiamos ahora el papel que representa la institución básica de la ESCUELA como pilar de socialización y sus funciones.

La primera de ellas económica. El ser humano se forma para entrar en el mercado laboral.

Antiguamente, sobre todo en sociedades preindustriales, la escuela era minoritaria y dirigida a aquellos que podían por su situación económica. Pero poco a poco el desarrollo de la escuela ha ido ampliándose. La formación escolar debe tener un horizonte amplio, aunque a veces se da una sobreeducación que se traduce como la excesiva formación de alguien para desarrollar la función laboral. Pero la demanda educativa crece.

Por otro lado, consta de una función social como medio para preparar al individuo para vivir en sociedad. Como ya se ha mencionado, la escuela ha sufrido una variación en el tiempo debido también a esta función social ya que se confía en que los problemas de la sociedad deben ser resueltos por la misma.

Y por último su función contribuyente a la movilidad social, esto es, cómo influye la escuela a la igualdad o desigualdad de la sociedad.

Familia y escuela, por tanto, se relacionan entre sí por ser pilares fundamentales para la socialización. Se trata de una relación un tanto compleja ya que la familia influye en las numerosas decisiones que la escuela implica en sus hijos. No obstante, a la vez, la familia puede provocar el distanciamiento con los mismos.

Pasamos ahora a hablar de otra influencia importante en la socialización, los MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS, tantas veces criticados negativamente. Y es que, constantemente podemos ver, por ejemplo, mensajes publicitarios que influyen en el individuo o conductas negativas del ser humano en televisión. Pero, ¿es siempre culpa de los medios el que un niño pase horas frente al televisor, por ejemplo?

La televisión, uno de los medios de comunicación más extendido e importante hoy día, a menudo emite contenidos en las que el sexo, las conductas agresivas, el lenguaje grotesco está a la orden del día. Pero la “culpabilidad” de que un niño pase demasiadas horas frente a la misma en numerosas ocasiones proviene del entorno familiar que permite esto. El hecho de que el mismo imite lo que ve en televisión también se ve influenciado por la vulnerabilidad del niño o la persona en cuestión. Por esto, inevitablemente entran en relación ahora familia, los agentes educativos y los medios de comunicación como pueda ser la televisión.

De manera semejante pasa con la publicidad que recibimos. El comprar compulsivamente puede atribuirse a una notable influencia en el ser humano, pero verdaderamente el poder de influencia de la misma no es tan grande.

Como ya hemos analizado, la educación constituye un pilar fundamental como agencia de socialización. Asimismo, influye de manera directa en el TIEMPO LIBRE, fenómeno muy presente en la vida diaria del individuo y sobre todo en períodos vacacionales.

La clara vinculación de la educación en el tiempo libre, como hablábamos, ha contribuido a que éste último se haya convertido en una nueva agencia de socialización. Aunque, como todo, depende de diversos factores ya que hablamos de algo voluntario y que varía mucho en función del individuo o incluso de su familia.

A su vez, el tiempo libre se encuentra ligado al GRUPO DE IGUALES. No se trata de una agencia de socialización como tal, en sentido estricto. Pero se encuentra notablemente influido por el paso del tiempo y constituye un papel fundamental en la formación de los jóvenes.
Esta importancia del grupo de iguales, genera una dimensión cultural importante. Se genera el desplazamiento de familia y escuela como agencias de socialización, tan importantes en el proceso de la misma. Los jóvenes crean sus propias pautas a seguir, muy diferentes a las de los adultos, formándose así una importante barrera entre ambos. Los adolescentes no se fijan en sus mayores sino en sus iguales. He aquí la importancia de educadores sociales, en definitiva, de sus dificultades mayores.


Con el paso del tiempo, EL TRABAJO, se ha convertido en la agencia de socialización más directa y siempre constante, además de que ha ido cobrando importancia en los últimos años. Todo esto se debe a que en sociedades tradicionales, a pesar de la importancia de la familia y la escuela, no constituían un pilar fundamental como ahora ya que, por un lado, la escuela era una institución de la que pocos podían disfrutar y la familia era una unidad de producción. En ocasiones la escuela falla. Cuando esto ocurre, son numerosos los dispositivos al alcance de muchos de nosotros para acceder al mercado laboral. De ahí la revitalización del trabajo en los últimos años.



Con todo ello, cabe destacar, como al inicio de estas líneas ya reflejábamos, la importancia y a su vez complejidad del proceso de socialización hoy día.
Cómo las agencias de socialización han ido evolucionando a lo largo del tiempo y cómo han intercambiado sus papeles en cuanto a importancia en la formación del individuo y su proceso de socialización se refiere. Hemos apreciado constantemente el importante papel, además, del individuo en este proceso del que hablamos, pero aún más vinculante lo son, todas estas agencias que lo rodean y en definitiva, su entorno más próximo.

Reflexionando sobre el lugar en dónde la figura del educador social está presente, la situo en el dificil papel de mitigar la complejidad en todo este itinerario o proceso del que he hablado.

Así pues estos son aquellos factores presentes en la sociedad del que aprendemos todos los individuos hábitos y estilos de vida, la escuela, la familia, los Mass-Media, el grupo de iguales, la agencia socializadora del trabajo. Recibimos millones de mensajes e influencias a lo largo de nuestra vida, me atrevería a decir que en ocasiones nos sentimos abrumados de tal magnitud, además existe la peculariedad de que hoy en dia, en nuestra sociedad existen multitud de formas diferentes de pensar, de ser, de creer, de vestir.... hoy dia un niño que vive en una familia común y corriente se puede encontrar que su padre sea ateo y comunista, su madre católica y crea en la democracia, su hermano mayor gay y profundo admirador de Nietszche y su hermana médica y agnóstica....existe tal heterogeneidad de formas de pensar, de ser, un relativismo en todo que no es de extrañar que en ocasiones nos sintamos asustados y perdidos.

Otra cosa que quiero mencionar que me ha llamado poderosamente la atencion es el rol que está ocupando el menor en nuestra sociedad, se ha convertido de un sujeto de obligaciones a un sujeto de derechos. La adolescencia cada vez es más larga, es decir, ese periodo de transicion de ser un niño a un adulto, se está eternizando (etapa socialmente construida, inexistente en verdad). Nos estamos construyendo un modo de vida vertiginosamente, ¿ello es positivo? o por el contrario ¿nos llevará a la locura?. Bajo mi opinión en el equilibrio está lo acertado, en el autocontrol, en la lucha rutinaria que vivimos a diario. Todo lo que se salga de ésta línea nos hará caer en picado.

Dicho todo ésto, me retiro ... Un saludo!

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