En nuestro país el modelo legislativo que tenemos es el abolicionista o prohibicionista, es decir, la prostitución está penalizada e incluso en algunos casos extremos se puede ir a la cárcel al respecto.
Sin embargo en Italia está presente el modelo despenalizador, el cual no prohíbe la prostitución pero no se le garantiza por parte del Estado ningún tipo de derechos ni deberes laborales.
Luego nos expusieron un trabajo de investigación que realizaron consistente en preguntar a un número de sujetos si conocían a alguien que usase servicios de la prostitución. Es curioso que solamente una persona, una chica contestara que conocía un chico que para pagarse los estudios había ejercido como prostituto, es curioso porque en mi ámbito conozco a más de uno, de dos y de tres chicos que usan dichos servicios.
Además, todos los hombres y alguna chica que otra en mi entorno ve páginas web o revistas pornográficas, ¿por qué la pornografía si es legal en España y la prostitución no? Ambos tienen muchísimos puntos en común, en un caso con sólo hacer un click en una computadora se tiene acceso a miles de imágenes de sexo explicito y películas de todo tipo, en las cuales se les paga a las mujeres para mantener sexo en un ambiente seguro, sin embargo, en el caso de la prostitución, la realidad es muy diferente, cuando uno accede los servicios de una prostituta está haciendo algo ilegal siendo que lo que vas a hacer es dentro de un marco de privacidad. Es algo bajo mi punto de vista incomprensible.
En una ocasión, en la ciudad Belga de Amberes, una amiga y yo, nos perdimos y sin querer aparecimos en el barrio rojo. Al principio no sabíamos dónde estábamos, pero cuando empezamos a ver a mujeres en unos escaparates semidesnudas haciendo movimientos insinuantes a los hombres que paseaban por allí (todos hombres y todos solitarios) nos dimos cuenta de que eran prostitutas, a mi ésta postura legislativa adoptada por éstos países me parecen la adecuada.
Tal como la pornografía está legalizada y estas mujeres realizan su trabajo, cotizando seguros y pagando unos impuestos, en el caso de la prostitución también debería de ser así.
Dicho todo esto me despido, con el poster publicitario que el Ayuntamiento de Sevilla lanzó hace algunos años mediante una campaña de sensibilización, con el propósito de combatir la prostitución con imágenes incluidas en carteles y mobiliario urbano. ¿Tan poco vales que tienes que pagar? es el lema con el que el Consistorio pretende poner de relieve la vulnerabilidad emocional, personal y social en la que se encuentran las mujeres sometidas a este tipo de explotación.
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